CIENCIA
En el año de 1736, llega a este territorio la primera Misión Geodésica Francesa con el objetivo de medir un arco de meridiano que comprobara la forma real de la Tierra. La Misión estaba conformada por un personal adecuado de académicos y técnicos franceses, entre los cuales se destacan: Godin, Bouguer y La Condamine; además del personal de apoyo como: Hugot, Morainville, Couplet, Godin des Odonais, Seniergues, Jussieu y Verguin; quienes, en conjunto, estarían a cargo de realizar los estudios por donde pasara la línea a la que llamaron “ecuatorial”. Después de realizar una profunda investigación, se concluye que la Academia de Quito era el territorio más propicio para realizar las mediciones. El Rey Felipe V autoriza la llegada de los científicos franceses pero bajo la compañía de dos jóvenes marinos: Jorge Juan y Antonio de Ulloa, para que representaran a España dentro de tan afanosa empresa. Una vez en tierras ecuatorianas, se une a este equipo el científico ecuatoriano Pedro Vicente Maldonado, quien con su conocimiento de geografía y geodesia, colabora estrechamente para asegurar el éxito de la Misión.
Dentro de los aportes contribuyentes a la cultura universal enmarcados por la Primera Misión Geodésica, se rescatan tres con un alto valor histórico local y global:
A fines del siglo XIX, en 1902, la Academia de Ciencias de París deseosa de comprobar los resultados obtenidos por sus científicos en el siglo XVIII envía al Ecuador la Segunda Misión Geodésica comandada por el General Charles Perrier, para medir un arco de meridiano mayor al medido por la Condamine y corroborar los resultados obtenidos en la primera Misión.
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martes, 20 de enero de 2015
MITAD DEL MUNDO
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